Juego de sombras

Porculturaypunto

Abr 26, 2025

Está mañana en un asalto de ira, me harté de observar a mi sombra.

Es insoportable saber que mas allá de mi cuerpo, ella permanece allí, tan cerca, marcando mis pasos, aferrándome a la tierra con firmeza.
Obligándome a seguir en pie, sin permitirme siquiera volar.
Perdiendo en ese artimaña engañosa, la posibilidad de no sentirme tan humano.

Está mañana en un asalto de lucidez, me harté de observar a mi sombra, llena de remordimientos.

Encarcelado en la desazón, mis pies comenzaron a moverse.
Mis hombros empezaron a parpadear, cómo los ojos de un niño maravillado por la vida.
Mis caderas, atraídas por esas raras cosquillas, decidieron movilizarse de un lado a otro.

Un ritmo de jazz pegadizo, único, me obligó a bailar, no pude negarme.

Haciendo el «ridículo», lleno de desvergüenza, comencé a jugar con mis piernas, con mis manos, aceptando mi finitud, comprendiendo que estaba vivo.

La música seguía sonando en mi mente, no me dejé sublevar por aquellos que me miraban:

«Soy un espíritu libre» me repetía en silencio.

Seguí moviéndome con mayor destreza, no quería detenerme.

Sin que nadie se diera cuenta, expuesto de cuerpo y alma, observé de reojo a mi sombra, ella también se movía.

Estaba bailando, se movía más rápido que yo.

¿Nos habremos desatado?


Me pregunté…

– Tal vez nunca estuvimos atados, simplemente esa sensación era un espejismo generado por la propia rutina.

Admirado, comienzo a jugar con ella.

Me pierdo en mi propia resonancia de sonidos, me olvido del alrededor, tratando de comprender porqué hemos cometido el error de darle tanto merecimiento a la historia humana.
Obstruyendo en esa sensación de seudo prosperidad, al crecimiento de la libertad, del amor, de la contemplación.

Me harte de observar a mi sombra resignada, afligida, triste.

Está mañana en una soledad socializada, mientras bailaba junto a ella, muchos me observaban llenos de ingenuidad, riendo, sin entenderme, sin saber realmente que estaba siendo feliz.

Quizás si se hubieran detenido a mirarme, sólo por un momento, sin tanto sentido común, se hubieran puesto a bailar conmigo.

Por Marcelo Martínez

Por culturaypunto

Somos un grupo de periodistas, artistas, escritores y libreros que creemos que en la cultura yace el verdadero cambio. #lacosaesasi

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cultura y punto
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.