Según Ovidio, lo ideal es cortar una relación cuando empieza a ir mal. Sin embargo, casi nunca lo hacemos. Lo habitual es esperar a que la relación se vaya a pique por sí sola. Cuando suceda lo inevitable y nos veamos ya preparados para recibir la terapia ovidiana, aquí están los treinta y ocho consejos para superar un desengaño amoroso.
- Nunca estés sin nada que hacer. Mantente siempre ocupado.
- Viste la toga y déjate ver por los tribunales de la ciudad. Hablando en plata, hazte abogado.
- Acude a la llamada del deber. Es decir, enrólate en la legión.
- La vida campestre cura las obsesiones. Lárgate de la ciudad y retorna a la naturaleza porque el arado cura al enamorado.
- Muchas veces Venus se ha retirado cubierta de vergüenza tras la victoria de Diana. Aficiónate a las actividades al aire libre como la caza, la pesca…
- La distancia cura. Pon tierra de por medio.
- La brujería no sana el corazón roto. Los conjuros, los amarres, el tarot, los cristales, etc., son puros engañabobos.
- Piensa en lo perdido, pero también en lo invertido. Calcula el dinero y las emociones invertidas en la relación y verás crecer el resentimiento. Es un consejo tan mezquino como eficaz.
- Desprecia sus virtudes. Magnifica sus defectos.Convéncete de que no tiene ni por asomo la belleza y el talento que pensabas, sobre todo si no es cierto. Es un consejo aprendido de Lucrecio.
- Preséntate en su casa de buenas a primeras. Sorprender a la amada sin maquillaje te mostrará la realidad sin tapujos.
- Acuéstate con la primera persona que se te cruce. Una vulgaridad, pero de eficacia probada, sobre todo a corto plazo.